Señor, le seguiré dondequiera que vaya.

En su matrimonio, los cónyuges asumen plenamente el Evangelio y el espíritu y los valores de Sígueme como regla de vida. En el Grupo son testigos ante todo de su vocación específica, de la llamada al amor recíproco y total por el otro, alimentado por la gracia del sacramento. De este amor brota la apertura a la fecundidad de la vida, a la acogida del otro y a la comunión. Las familias viven la rutina diaria de la vida familiar con las dificultades, incertidumbres, crisis que toda familia experimenta junto con las alegrías, esperanzas y belleza de una familia en crecimiento. Su apostolado es un apostolado a tiempo completo, en la pareja y en la pareja, en la familia y en la familia, en el Grupo y para el Grupo según su especificidad. Junto a otras parejas, comunidades y todos los integrantes de Seguimi, promueven experiencias de escucha y cercanía a otros cónyuges mediante la organización de encuentros específicos de pareja, fines de semana y campamentos de verano; abren las puertas de sus hogares a jóvenes en dificultades, a niños en acogida, a situaciones de emergencia.
El compartir sus caminos y la reciprocidad entre las distintas vocaciones enriquecen al Grupo con la dimensión de intimidad y fiel exclusividad «que se expresa en el proyecto estable de compartir y construir juntos toda la existencia». (AL 123)